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El centro comercial donde todos los días son ‘Sin IVA’
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El centro de acopio Plaza de Mercado Satélite está comprometida con el pueblo barranqueño y lo demuestra recibiendolos con la mejor atención y cordialidad.
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Locales de comidas y bebidas de la Plaza Satélite
Tomada de Google Maps
Las abuelas del puesto 048 Tomada de Ucc Barrancabermeja – via Facebook

Sección de carnicería
Tomada de Google Maps
Todos los días a las 5:00 a.m. se abren las puertas del centro de acopio Plaza de Mercado Satélite, o como es socialmente conocida “La Plaza Satélite” ubicada en la comuna 5 de Barrancabermeja. Allí es donde muchos barranqueños gozan de sus diferentes puestos de ventas diariamente.
Una de las particularidades de esa plaza es que está ubicada en un sector donde viven varias familias, a diferencia de la Plaza Central de Mercado que la encontramos en el sector comercial de Barrancabermeja y para visitarlas es necesario ir con tiempo por su lejanía. Otra, es que dentro de ella se vivencian experiencias únicas como el compañerismo entre los comerciantes y la cordialidad, y disposición de ellos mismos con los clientes o visitantes.
Parece una tarea imposible describir la entrada de este lugar. Afuera, están los señores del transporte: son conductores de vehículos como un Chevrolet del año 1998, o un Renault 4, que desde las 4 a.m. se parquean afuera de la plaza para estar al servicio de quien lo necesite. También está una señora de raíces costeñas que vende sus tamales de pollo, cerdo y mixto en la entrada Ella se ha ganado el día a día durante más de 13 años a punta de envueltos; y es que a quién no se le antoja un buen tamal al desayuno, por esto mismo, los visitantes le compran y disfrutan de su sazón. Además se logra apreciar a los vendedores de huevos, panelas, limonada, minutos, y cualquier cosa honrada que pueda imaginarse. Siempre con la mejor energía para llevar el sustento a sus casas.
Es muy cultural en Colombia ver muchos vendedores afuera de un establecimiento, sin embargo, la Plaza Satélite cuenta con su propia organización. Tiene 3 entradas, y en cualquiera se observa las ganas que tienen los comerciantes por vender. Y más que hablar de la parte externa de la plaza, es increíble contar las historias que viven por dentro.
-Buenos días - saluda la dueña del local de hierbas a la del puesto de comidas
-Doñita, ¿qué va a querer hoy? - refiriéndose al desayuno que todos los días le encarga.
Cada local le compra el desayuno y almuerzo a los puestos de comida, y cuando tienen sed, una naranjada o un jugo natural es perfecto, y más porque lo compran a sus compañeros de la plaza. Si alguno necesita hacer el mercado del mes, lo encargan a cualquiera de los puntos tienda, y si la verdura necesita, cualquier verdulería es perfecta. Parecen una sola familia trabajando juntos y apoyándose unos a otros a pesar de ser competencia entre ellos mismos.
Entre tantas historias, existe una en especial. Las abuelas del puesto 048. Tendrán entre 60 o 70 años de edad, y lucen cansadas de pelar cebolla rama, limpiar papa, y hacer tareas que pueden ser para cualquiera, menos para alguien de su edad. La necesidad se les nota en la mirada y su postura corresponde a las de unas ancianas cuya suerte ha sido vivir sus últimos años trabajando todo el día por unos pesos. Hablar con ellas es difícil, “no tenemos mucho tiempo, tenemos que terminar rápido” - dijo una de ellas. Pero es fácil entender que su tarea termina todos los días a las 4:00 p.m. cuando se cierran las puertas de la plaza.
En noviembre de 2021 un comerciante de la plaza enfermó. Estuvo hospitalizado y en estado crítico por la condición física que le impedía levantarse, tanto, que cerró su puesto. Esto a pesar de ser una situación lastimosa, generó una acción empática colectiva con los demás y el 16 de noviembre, absolutamente todos, dieron un aporte económico para recaudar fondos y contribuir a la difícil situación que afrontaba el hombre. Lo que indica la relación transparente que existe entre los comerciantes, que con risas y cuentos chistosos saludaron al hombre a través de una videollamada vía WhatsApp.
Y como en toda plaza colombiana, existe el regateo. Una práctica común que consiste en negociar el precio por el más bajo posible, como un descuento, pero informal. En el puesto de plátanos sucede a menudo.
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Hermano, ¿a cuánto me deja el bulto de plátano? - a las 11:47 a.m. pregunta un hombre fornido, con la camisa empapada de sudor, y con una pinta de esos trabajadores que ni el sol les impiden cumplir su jornal
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Para que lo lleve, a $900 el kilo - le propone el dueño de la venta de plátanos.
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Me sale muy caro, déjemelo a 800 - y el vendedor accede a este precio porque la hora casi marca el mediodía
También pasa con los huevos, en el momento de querer vender todo rápido para descansar, acceden a vender el producto a menor precio, con el fin de no tener pérdida aunque no haya ganancias. Pero, ¿qué tan ventajoso es el regateo en la plaza? unos aseguran que ganan lo mismo, “a uno se le da el descuento y a otro se le ajusta el precio, para recuperar”- confiesa la señora que vende queso, cuyo aspecto es muy tradicional al vestir con delantal y gorro de cocina. El vendedor de aguacates no se queda atrás; luego de darle una muestra a una cliente, dice: “a uno le toca inventarse precios con tal de vender lo que más se pueda (...) ¿Si se me daña un aguacate quién me lo paga, y si son 15 o 20?”.
El recorrido por los pasillos de la Plaza Satélite consiste en escuchar una tras otra invitación. “A la orden”, “¿Qué buscaba?”, “Le tengo buenos precios”, eso sí, con respeto y cordialidad.
En la carnicería los precios son los mismos; así lo acordaron los carniceros para tener ventas justas y que sean sus clientes quienes decidan comprar por preferencia y no por diferencia en los precios. Se caracterizan por ser amables y entusiastas. Hoy en día viven tristes por la subida de los precios de la carne en general, pero tienen la esperanza que disminuya para que el público pueda consumir cantidad a buen precio “Antes se vendía tanta carne que… (Ríe con nostalgia) pero hoy es muy poca la venta porque a ese precio ya nadie puede comer carne prácticamente.” explica uno de los carniceros. “Nosotros seguimos esperando a que se normalice el precio para que aumenten los clientes y la venta.” continúa su compañero luego de despachar 9 mil pesos de carne, que ni siquiera llegan a los 500 gramos.
Puede notarse la disciplina con la que el gremio de carniceros venden día a día sin importar festivo, domingo o cualquier día lluvioso, porque para ellos su compromiso es permanente tanto con sus clientes como con sus familias.
La plaza satélite es un lugar para comprar y adquirir diferentes servicios. Es reconocida por los barranqueños como “una plaza con buenos precios'', sin embargo, últimamente las ventas han ido disminuyendo porque “las tiendas D1 o Justo y Bueno, ofrecen marcas raras pero a precios bajos. Y cómo uno se le arrima al árbol que más sobra le da (...) las personas ahora prefieren mercar allá.” dijo la señora que hace más de 8 años vende panela, queso, suero y huevos en un local tan pequeño que solo ella puede ingresar.
Una de las características que tienen ciertos comerciales y grandes tiendas, es que gracias a una propuesta del Gobierno se establecieron unos días llamados “Día sin IVA”, pero al parecer a los barranqueños se les olvida que en la Plaza Satélite ningún día tiene IVA, incluso pueden acceder a promociones y descuentos conversando con el mismo dueño del puesto.
Las ventas han bajado, por el poco ingreso de visitantes, y eso afecta drásticamente a los comerciantes, pero la pandemia ha sido el golpe más fuerte que ha tenido. El cierre total de la plaza por semanas fue un castigo sin explicación al que todos debieron someterse. La incertidumbre y la ansiedad se volvieron sentimientos comunes en los dueños de los negocios; hasta que se anunció la apertura limitada del establecimiento, que aunque pareciera una buena noticia, terminada siendo una realidad muy lejos de la que acostumbraban a vivir.
Pero a pesar de todos los sube y baja que ha enfrentado nuestra querida Plaza Satélite, se mantiene sólida luego de recuperarse de una estricta cuarentena. Así es el centro de acopio Plaza de Mercado Satélite, pudiente y llena de personas cuya fe se basa en el compromiso con los barranqueños, con comerciantes honestos, trabajadores pujantes que quieren crecer y ver crecer. Con una historia que sí o sí conecta a muchos barranqueños que algún día fueron a comprar el mercado del mes, o a almorzar un corrientazo, comprar carne, incluso, comprar la verdura para el sancocho del paseo.

Vehículos parqueados afuera de la plaza.
Tomada de Google Maps
Un establecimiento externo de la Plaza Satélite
Tomada de Google Maps

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Es un buen lugar para comprar, por sus precios, pero un segundo hogar para muchos. Es su espacio cotidiano, su trabajo, y su futuro. ¿Por qué la Plaza Satélite es importante para Barrancabermeja? Porque genera empleo, enriquece a los habitantes con productos naturales, sin costos adicionales, mueve el Distrito, y nos une a todos como los hermanos que somos.