La soledad de una familia acostumbrada a la herida

Barrancabermeja en su historia ha sido escenario de conflicto armado urbano y ha vivido los impactos de las disputas territoriales rurales. En los años 80 y 90, en su cabecera se desarrolló la hegemonía de estructuras guerrilleras urbanas del EPL, FARC-EP y el ELN. Esa estrategia se desarrolló en Barrancabermeja durante 1992 y 1993 con el pago de sicarios y fue conocida como la Red 07 de la Armada Nacional que asesinó a más de 68 personas, caso que fue documentado por la Corporación Regional de Derechos Humanos CREDHOS.

La entrada formal del paramilitarismo a Barrancabermeja se consolidó con la ejecución de la masacre del 16 de mayo de 1998, cuando un comando de las Autodefensas Unidas de Santander y Sur del Cesar (AUSAC), que operaban desde el corregimiento de San Rafael de Lebrija, del municipio de Rionegro, al mando del Comandante Camilo Morantes, entró al corazón de la comuna siete, a la cancha del barrio María Eugenia, donde se celebraba un bazar por el día de las madres.

Luego de 22 años de estos lamentables hechos, Elsy López recuerda con mucho dolor la inesperada muerte de su hermano Carlos López de 27 años, quien fue asesinado el 16 de Mayo de 1998 mientras se dirigía a buscar empleo, ya que pasaban por una difícil situación económica. El joven se disponía a realizar labores de construcción en una vivienda ubicada en el barrio El Campín, comuna 7 de Barrancabermeja, tras tardarse más de lo habitual, su madre y hermanos se encontraban preocupados por el bienestar de su ser querido… pero las malas noticias son las primeras en llegar, Carlos fue cruelmente asesinado por los grupos al margen de la ley que operaban en el sector.

Carlos, era padre de una menor de 3 años, quien hoy a sus 25 años de edad, expresa la tristeza de jamás haber compartido con su “Copito” como le decían en su barrio y entorno familiar, su esposa padeció los peores años de su su vida, acompañada de mil preguntas sin respuesta, un dolor inconmensurable y una eterna ausencia como lo afirma a diario. Su familia jamás encontró respuesta ni mucho menos justicia, es el clamor de una de las más de 200 familias que lloran la perdida y ausencia de su ser amado.

Después de 17 años de su asesinato, su familia recibió una bonificación de 23 millones de pesos como reparación, lo cual fue utilizado para arreglo y adecuación de su vivienda ubicada en el barrio la Floresta comuna 3 de Barrancabermeja, jamás esto reemplazara su presencia en sus vidas, lo recibieron como un alivio para solventar gastos y renovar su valiosa herencia familiar.

El Grupo Memoria Histórica, establecimiento público del orden nacional, adscrito al Departamento para la Prosperidad Social (DPS) identificó los municipios más castigados por distintos actores armados en Colombia y concluyó que Barrancabermeja ha sido una de las ciudades más azotadas por la violencia, ocupando el 3er puesto (entre 200 municipios colombianos).

Doscientos son los municipios del país que con mayor rigor han sentido la violencia del conflicto armado, según consignó el Grupo de Memoria Histórica en la reconstrucción que hizo de los 54 años de guerra en Colombia, desde 1958.

A la cabeza de estos municipios están Apartadó, en el Urabá antioqueño; Tibú, en Norte de Santander; Barrancabermeja, en Santander; El Castillo, en el Meta, y Fundación, en el Magdalena. En estos municipios se vivieron todos los tipos de violencia y hubo una gran cantidad de víctimas, según el documento. Estas poblaciones han sido afectadas por masacres, desapariciones forzadas, secuestros, falsos positivos, asesinatos selectivos, campos minados, torturas y violencia sexual, entre otras agresiones.

Por: Vivian Marcela Díaz