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La vida de un taxista

Por Luisa Vargas Tordecilla 

Foto// Luisa Vargas Tordecilla 

Llevo aproximadamente 20 años en el municipio de Barrancabermeja, diariamente recurro a diferentes medios de transportes para poder llegar a los lugares que necesito acudir, pero nunca me había interesado saber la vida de una persona que se gana su sustento llevándonos hasta la puerta de la casa o al lugar que uno indique.

Ignacio Carrascal, taxista hace aproximadamente 10 años me brindó la oportunidad de saber de su vida y de su trabajo.
“soy un libro abierto, pregúntame lo que quieras” agregó Carrascal mientras sonreía sentado al lado de su carro, el cual se encontraba ubicado en el parque Camilo Torres Restrepo, zona céntrica de Barrancabermeja.


Usualmente la mayoría de los habitantes nos quejamos por las altas tarifas que debemos cancelar por el servicio de taxi, puesto que añadimos “que todo en Barrancabermeja queda cerca”, pero, si nos sentamos a conversar con alguno de los personajes que nos hacen las ‘carreritas’ entenderíamos el valor un poco alto que implica tener un automóvil y ponerlo al servicio de la comunidad.


“La situación en Barrancabermeja se está tornando bastante grave, la gente se queja, en ocasiones son groseras, le pegan duro a las puertas del automóvil, ensucian las sillas y en ocasiones hasta debemos aguantar sus malgenio, pues terminan desquitándose con uno, como si nosotros fuésemos los culpables de sus desgracias” añadió Ignacio.


El conductor de transporte público tiene 28 años, estudió su primaria y bachiller en el Instituto Técnico Superior Industrial, es hijo único y vive en la comuna uno de Barrancabermeja, su padre sufrió un grave accidente hace aproximadamente 10 años, cayendo del techo de una casa cuando desempeñaba sus labores como oficios varios, sufriendo trauma en la columna, causando este golpe la perdida libre de sus movimientos, haciéndolo depender de medicamentos y una silla de ruedas.

 

“ Cuando mi padre sufre el accidente mi mamá tuvo que empezar a salir a las calles a vender diferentes cosas con el ánimo de buscar el sustento diario, yo vendía dulces en el colegio y hacia rifas, ya que las terapias y algunos medicamentos que no cubría el seguro se debían cancelar por aparte y nosotros siempre hemos sido de escasos recursos” agrego Carrascal; cuando terminó su bachiller pensó inmediatamente en conseguir trabajo para que de esta manera pudiese colaborarle económicamente a sus padres, fue así como su tío Luis se comunica determinado día para ofrecerle empleo como taxista  e Ignacio sin tener el mínimo conocimiento accedió sin pensarlo dos veces.

Ignacio se levanta diariamente a las cuatro de la mañana para iniciar sus labores, desayuna e inicia el recorrido en busca de clientes, como él les llama, menciona que cuando hay días pesados debe llevar a precio de bus, ya que de no ser así no se haría nada de dinero para el almuerzo.

 


“En una mañana buena recojo un aproximado de 6 a 10 pasajeros, es decir hago esa cantidad de carreras en la jornada de la mañana pero cuando esta pesado debo ubicarme ya sea aquí, en el Camilo torres o a las afueras de los centros comerciales o sector comercial, porque si me pongo a andar por toda Barrancabermeja consumo gasolina” afirmó Ignacio Carrascal.

El descanso al medio día, que va desde la 1 a 3 de la tarde, retoma labores hasta las 11:00 pm, en ocasiones dice que cambia turnos, no sale en la mañana para trabajar la madrugada como lo es en los fines de semana.

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