Luchando para sacar adelante su familia.
Por: Silvia Rodríguez.
Patricia Cárdenas es una mujer de 43 años de edad, viuda, cuyo esposo fue asesinado por un grupo al margen de la ley, tuvo un accidente hace dos años en el cual perdió la movilidad del brazo izquierdo. Se caracteriza por ser una mujer pujante, alegre, trabajadora y humilde que saca adelante a sus hijos vendiendo chance, levantándose todos los días a las 4 de la mañana para buscar el sustento de su casa.
La vida de la joven viuda dio un fatídico giro el 27 de febrero del 2017, cuando trabajaba para una empresa contratista de la refinería, esta se desempeñaba como ayudante de servicios varios. Un día después de un extenuante turno de trabajo esperaba la buseta para ir a casa, un conductor en alto estado de embriaguez, la atropelló. Patricia quedo con raspadura en las piernas y brazos, tras el accidente no podía mover casi las piernas y su brazo izquierdo.
En el tiempo que la gente empezó a llegar al lugar de los hechos el señor del carro arrancó y se fue sin dejar rastro alguno, Los vecinos llamaron a una ambulancia y a los familiares de patricia para avisarles lo que había ocurrido. Se la llevaron y al llegar a urgencias la atendieron de inmediato, la revisaron y le mandaron a hacer exámenes, mientras traían el resultado, patricia se quedó dormida Cuando despertó recibió la triste noticia de que había perdido la movilidad del brazo izquierdo y peor aún había la posibilidad de que le amputaron el brazo completo, en ese instante empecé a llorar, no sabía que hacer me quería morir, no quería hacerme la idea de no poder mover mi brazo.
Para mi familia fue muy duro esta noticia pero a pesar de todo me seguían apoyando. Mi hija estaba muy preocupada por todo lo que estaba pasando la notaba muy angustiada cuando hablaba con el doctor.
Yo no quería comer después de esta noticia fue muy duro para mí por mi cabeza solo pensaba ¿qué iba a hacer ahora para sacar a mis hijos adelante? si no puedo mover mi brazo, ¿me van a echar de dónde trabajo?; me hacía tantas preguntas que no podía responder. En los días que estuve en la clínica tuve mucho el apoyo de mis hijos, sentí que si estaban ellos nada me iba a hacer falta aunque me sentía extraña por todo lo que estaba pasado pero trataba de no demostrarlo para que ellos no lo notaran.
Cuando Salí de la clínica me comunique con mi jefe, le comente todo lo que me había pasado sobre el accidente, él entendió y dijo que me iba a apoyar pero al pasar un mes las cosas cambiaron, la relación con mi jefe se deterioró y me echaron porque ya no podía realizar muchos oficios que ellos pedían ya que solo podía utilizar una mano, hable con todos los trabajadores para que me ayudaran y me entendieran por todo lo que estaba pasando , pero la última decisión la tomaba mi jefe, el único que abogo por mí fue un compañero que era muy cercano , pero la decisión ya la habían tomado no sabía qué hacer necesitaba buscar una solución así que fui a hablar con algunas personas que estuvieron en el accidente para que me ayudaran a buscar a el señor que me accidento pero nadie dio razón de nada.
Llame a mí mejor amiga Marcela Angarita quien habló con la policía para que me ayudaron a buscar al dueño del carro pero nunca respondió, nunca apareció, ni respondió por el accidente, no recibí ningún apoyo ni me indemnizaron ni nada y de ahí me ha tocado salir adelante con cualquier trabajo que me salga, vendiendo moñas, haciendo rifas, vendiendo caramelos para llevar el sustento a la casa.
Tuve que buscar otro empleo, hoy en día soy vendedora de chance y estoy feliz cumpliendo con mi trabajo, no crean no ha sido fácil pero tampoco imposible, a pesar de mi escaso recurso me gusta hacer rifas y eventos para ayudar a los más necesitados, ayudar a las personas de la calle con comida o con un mercado.
Gracias a Dios todo ha mejorado, mi familia ha sido un gran apoyo, me han dado la fuerza necesaria para salir adelante luchando por mis sueños y mi trabajo.