La economía es su mayor parte se debe a la industria petroquímica, como también a la logística y transporte, al tener un puerto fluvial de gran importancia en el Río Magdalena. Pero en este soleado y bello municipio, lleno de paisajes que a cualquier propio o visitante enamoraría. El turismo se ha visto un poco relegado como forma de mover la economía, teniendo tantos lugares y costumbres rivereñas por mostrar al resto de la región.

 

 

Si va caminando por la Avenida de los Fundadores sobre el separador se encuentra el paseo Yuma, los monumentos del maestro Lombana, quien con sus manos hizo un recorrido a través de la historia de la fauna y la flora de Barrancabermeja representados en pumas, iguanas, garzas, tortugas, chigüiros y finaliza en la plazoleta del Cacique Pipatón y la princesa Yarima.

 

 

El puerto petrolero cuenta con numerosos sitios, en los cuales se pueden ir a pasar una agradable mañana (un desayunito en el muelle) y disfrutar del clima barranqueño que nos acoge a todos, propios y ajenos como si fuéramos sus hijos, nuestro tradicional muelle ubicado sobre el río Magdalena, fue el punto de inicio de lo que hoy conocemos como Barrancabermeja.  Por este sector llegó una gran parte de la población que desde la costa norte colombiana y muchas poblaciones de la ribera arribaron a nuestra ciudad atraídos por la llamada "fiebre del oro negro". Actualmente se puede ir y deleitarnos el paladar con los distintos platos típicos rivereños, en una amplia zona de restaurantes atendidos en su mayoría por mujeres cabezas de hogar, que dedican su tiempo a cocinar con todo el amor las diferentes comidas que salen a la venta, como lo son los sancochos de cabeza de bagre, pescado frito con patacones y suero recién salidos de la cocina.

 

 

 

Acá en Barranca, como la llama la mayoría de sus habitantes,  no todo es petróleo, también tenemos una rica gastronomía que debemos dar a conocer, el  bocachico frito con patacón, bocachico frito sudado en leche de coco, el sancocho trifásico en leña y el mute santandereano hecho en casa, son platos autóctonos de nuestro municipio y que algunos siendo barranqueños no saben que son representativos de nuestra tierra, hay que crear esa cultura de sentirnos orgullosos de lo propio, de nuestras costumbres, esas que llevamos arraigadas en la sangre de generación en generación y las cuales nos hacen ser ribereños a mucho honor.

 

 

 

Se evidencias las distintas percepciones que se tienen sobre los distintos sitios considerados como turísticos en el puerto petrolero y les preguntamos si los visitan y con qué frecuencia lo hacen.